miércoles, 23 de julio de 2008

¡No quiero comer más sobacos!

El uso del servicio público en verano puede ser un suplicio. Y no es porque la EMT reduce la platilla, o porque aprovechan la jornada estival para poner todo patas arriba de obras y reformas. Es por: ¡EL OLOR SOBAQUIL!

Es ese perfumillo tan poco agradable, que atraviesa tus fosas nasales y se cobija en la cabeza, taladrándotela y mareándote sin piedad. Y es entonces cuando te preguntas: ¿sabrán estas personas humanas que el agua sirve para algo más que para beber y segar las plantas?

¡Por favor, dúchense! Si no se duchan, una SasuChan morirá asfixiada por gases tóxicos. ¡Todavía están a tiempo de remediarlo!

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